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Eloísa Guerrero

Cadáver Exquisito

Cadáver Exquisito

Era una tarde de verano, cuando la familia Pichardo salió a pescar en su flamante yate; nacidos en el seno de una familia adinerada Luisa Y Fernando formaban una de las parejas más reconocidas y envidiadas por la sociedad argentina.

El 2 de Agosto, un día veraniego, hacía un calor extenuante, pero aún así los jóvenes se dirijieron a la laguna cerca del Mar de Plata para poder disfrutar de la naturaleza y la soledad que la ciudad parecia prohibirles.

Una vez en el muelle, se subieron al yate y partieron a su destino, horas más tarde estarían ya lejos de casa, mar adentro.
Habían pasado sólo 2 años de su enlace matrimonial, y como era de esperarse ya era hora de tener un pequeñín en la familia, o cuando menos así lo pensaba Doña Dolores, madre de Luisa, quién anhelaba un nietecito. Fernando un futbolista de corazón esperaba engendrar a un varón, pero a Luisa el sexo no le importaba, ella sólo quería tener un hijo.

El sol se ocultaba, y el reflejo de la luna se asomaba por una de las ventanas del bote; Fernando preparó una cena romantica para retribuirle a su esposa, el tiempo que no pasaba con ella a causa de los negocios. Caviar y champagne fue el menú que se sirvió; en esa cena, Luisa tenía algo muy importante que decirele a su esposo, la cigüeña llegaría a su hogar.

Al terminar de comer la pareja salió a ver las estrellas, las contemplaron por un rato, hasta que sintieron un fuerte golpe que tambalió el yate; ninguno de los dos supo que era, voltiaron hacia lados, pero no se veia nada, entonces, de pronto aparecen de la nada las fauces de un tiburón enorme que intentaba alimentarse de cualquier manera; los dos corrieron hacia adentro, pero Luisa se tropezó con uno de los salvavidas y cae al mar. Los gritos de Fernando no cesaban al ver como el blanco tiburón de tres y medio metros debora el exquisito cadáver de su hermosa mujer y de aquel que hubiera sido su primer retoño.